BEATO CARLOS DE
FOUCAULD
1 de diciembre
1916 d.C.
Nació en Estrasburgo, en el seno de una familia rica y
cristiana. Desde muy niño se quedó huérfano de
padre y madre con lo cual se fue a vivir con su abuelo, el coronel
Morlet, de quien recibió su educación. Por la guerra de
1870 tuvieron que trasladarse a Nancy.
En 1874 estudió
Filosofía en Santa Genoveva de París e ingresó en
la escuela militar de Saint Cyr. Muerto su abuelo, llevó una
vida disoluta, diciendo a cada una de sus nuevas concubinas: “arriendo
por días, no por meses”. Dilapidó la fortuna familiar y
terminados sus estudios, a los 24 años, dejó el
ejército y se marchó a explorar Marruecos.
Estudió
árabe en Árgel y aprendió todo lo que debía
utilizar para este proyecto. Realizó una auténtica
expedición científica con mucho éxito, y la
Sociedad Geográfica de Francia le concedió la medalla de
oro. Marruecos lo conquistó. De regreso a París comenzo a
frecuentar la Iglesia y pasó largas horas repitiendo esta
oración: “Dios mío si existes haz que te conozca”.
Visitó al padre Huevelin que le ayudó en su
conversión definitiva, unas palabras suyas le hicieron cambiar:
“Nuestro Señor, tomó de tal modo el último lugar,
que nadie se lo pudo quitar”.
Hizo una
peregrinación a Tierra Santa, donde en Belén
encontró el sentido de su vida e ingresó en los trapenses
de Nuestra Señora de las Nieves en Francia en 1889, tomando el
nombre de María Alberico y fue enviado a la Trapa de
Akbés en Siria.
Dejó el
monasterio en 1897, buscando apasionadamente la imitación de
Jesús de Nazaret. Volvió a Palestina y allí
vivió una vida de oración y humildad totalmente
escondido. Durante tres años fue servidor en el monasterio de
las clarisas de Nazaret, viviendo pobremente en una cabaña,
donde tomó el nombre de Carlos de Jesús. Se
preparó para el sacerdocio, que recibió en Viviers, con
43 años.
Se marchó a
Argelia y se instaló en el Sahara en el Beni Abbés, cerca
de la frontera con Marruecos. Denunció la esclavitud, y se
estableció en Tamanrasset, Argelia, donde llevó una vida
de intensa oración, haciendo todo el bien que pudo, entre los
tuaregs. Marchó tres veces a Francia donde constituyó una
cofradía denominada Unión de Hermanos y Hermanas del
Sagrado Corazón que tenían como objetivos: Vida
evangélica según el modelo de Jesús; Vida
eucarística, centrado en el sacramento del amor y Vida
apostólica por medio de la bondad a los necesitados.
Escribió numerosas obras que se publicaron tras su muerte y
dejó las reglas de varias congregaciones proyectadas, pero no
realizadas sino ya muerto. Su intensa espiritualidad tendrá
honda repercusión en los sectores más sensibles de la
Iglesia. Dedicó toda su vida a la evangelización de los
musulmanes. Fundador de las Hermanitas de Foucauld. Al final de su vida
fue capaz de rezar: “Por la fuerza de los acontecimientos, me hice
casto… La castidad se convirtió en una bendición y en una
necesidad interna para mí”. Murió asesinado por una
razzia de incontrolados a la puerta de su ermita en Tamanrasset, en
Argelia. Fue beatificado el domingo 13 de noviembre de 2005 en la
Basílica de San Pedro del Vaticano por Benedicto XVI.