BEATO BERTRAN DE
GARRIGUES
1230 d.C.
6 de septiembre
Natural de
Garrigue (Nimes). Era sacerdote cuando se hizo discípulo de
santo Domingo de Guzmán y le ayudó a fundar la primera
casa de París. Fue confidente y testigo de la vida del santo
español. Siempre estuvo junto a su fundador. En 1216 fuel el
primer prior de San Román de Toulouse, fundador en 1217 del
convento de Saint Jacques de París. Una vez instalados los
frailes en París, fray Bertrán de Garriga regresó
a Tolosa. La situación se agravaba por días en la capital
del Languedoc, hervía la insurrección, que, al fin,
estalló, y en el asalto a las murallas de Tolosa murió
Simón de Montfort. Pero el convento de San Román,
custodiado por fray Bertrán y la pequeña comunidad, se
salvó.
Por aquellos días fray Domingo abandona Roma para
cursar visita a las distintas fundaciones, Estamos ya avanzado el
otoño de 1218. Regresó a Francia y de nuevo pasó
por Prulla y Tolosa, donde tomó por compañero a fray
Bertrán de Garriga para reanudar la ruta hacia París.
En el capítulo de 1221 fue nombrado provincial de
los dominicos en Provenza, con sede en Toulouse. Uno de sus principales
cuidados, sobre todo al morir el santo fundador, fue el sostenimiento y
aliento de las monjas de Prulla, procurando conservar el
espíritu que Santo Domingo les había infundido. Y fiel
discípulo suyo, recorrió a pie el Languedoc predicando y
atrayendo a las gentes con su ejemplo, levantando muchos conventos...
Su fundación predilecta era Montpellier.
El año 1230, siendo todavía provincial,
difundida su fama de santidad por la región, estando predicando
a las monjas cistercienses de Le Bouchet (Drôme), una
rápida enfermedad le condujo a la muerte. Su cuerpo, que
recibió sepultura en el cementerio de las monjas, fue hallado
incorrupto después de veintitrés años. Durante el
Cisma de Occidente los dominicos le trasladaron al convento de Orange.
Los cronistas e historiadores de su época son unánimes en
los elogios de sus singulares virtudes, resaltando su humildad,
espíritu de penitencia y oración. El Beato Beltrán
murió en la abadía de Boucbet, cerca de Orange, alrededor
del año 1230; su culto fue confirmado en 1881 por León
XIII.