BEATO ARTURO BELL
11 de diciembre
1643 d.C.
Nació en Temple Broughton (Worcestershire). Cuando Arthur
tenía ocho años murió su padre y su madre le puso
a cargo de su hermano Francisco Daniel, un hombre de gran riqueza,
estudio y piedad, que le envió a la edad de veinticuatro
años al Colegio Inglés en Saint-Omer, de allí se
fue a España para continuar y completar sus estudios.
Después de haber sido ordenado sacerdote, recibió el
hábito de la Orden Franciscana en Segovia, el 8 de agosto de
1618, y poco después de la finalización de su noviciado
fue llamado para trabajar en la restauración de la provincia
franciscana de Inglaterra. Fue uno de los primeros miembros de la
comunidad franciscana en Douai, donde posteriormente cumplió
tareas como tutor y profesor de hebreo. Escribió «La
historia, vida y milagros de Juan de la Cruz» (1625), y
tradujo del español al inglés, de Andrés de Soto,
«Una breve instrucción acerca de cómo debemos
oír misa» (1624).
En 1632 Bell fue
enviado a Escocia como primer provincial de esa Provincia Franciscana y
definidor General de la Orden, pero sus esfuerzos para restablecer la
Orden en Escocia no tuvieron éxito y en 1637 regresó a
Inglaterra, donde trabajó hasta noviembre de 1643, bajo el
seudónimo de Francis, cuando fue detenido como espía por
las tropas parlamentarias en Stevenage, Hertfordshire, y enviado a la
cárcel de Newgate.
Las circunstancias de su juicio muestran la singular devoción de
Bell y su deseo de sufrir por la fe ya que recibió gozoso la
sentencia de muerte cantando el Te
Deum. En el palco quiso celebrar su última Misa,
renovó la profesión de fe y obtuvo la conversión
del capitán Tovers. Juntos sufrieron el martirio. En Londres,
durante el reinado de Carlos I, solamente por ser sacerdote, fue
condenado a la pena capital y sufrió el patíbulo en
Tyburn, Londres. Fueron beatificados por SS Juan Pablo II el 22 de
noviembre de 1987.