BEATO ANTÓN DURCOVICI
20 de diciembre
1951 d.C.



   Nacio en Altenburg, Austria. La madre, al quedarse viuda, emigró de Croacia a Moldavia, y luego a Bucarest, en Rumania. Estudió con los Hermanos de las Escuelas Cristianas y allí se decantó por el sacerdocio. Se trasladó, como seminarista, a estudiar en Roma, y en 1910 fue ordenado sacerdote en San Juan de Letrán, desde donde regresa a Rumania y es nombrado canónigo del Capítulo de la Catedral de San José, en Bucarest.

   En 1916, durante la I Guerra Mundial, Rumania le declaró la guerra a Austria, así que el P. Anton sufrió la consecuencia de su origen austríaco: fue trasladado a un campo de presos en Galati, y sometido a trabajos forzados. Allí contrajo un tifus cuyas consecuencias padeció el resto de su vida. Fue liberado más tarde, y trabajó en distintas parroquias y fue profesor de religión, hasta que en 1924 fue nombrado rector del Seminario de Bucarest, cargo que ocupó hasta 1948. Era hombre de gran espiritualidad, profunda oración y disciplina.

   En 1947, Pío XII lo nombró obispo a Durcovici, pero por obstáculos del gobierno comunista fue nombrado obispo de Iasi. La región de Iasi en 1944. tenía unos 140.000 católicos entre cuatro millones de rumanos, había 46 sacerdotes seculares y 52 sacerdotes religiosos, ninguna comunidad religiosa femenina, y 105 parroquias. Durcovici recorrió todas las parroquias consagrando las iglesias al Inmaculado Corazón de María.

   El 3 de agosto de 1948 el gobierno comunista cerró todas las instituciones católicas, seminarios, escuelas, hospitales y hospicios. En octubre de 1948 la Iglesia Greco-Católica fue disuelta y sus bienes pasaron a la Iglesia Ortodoxa Rumana; todos los obispos greco-católicos y un buen número de sacerdotes fueron encarcelados. En 1949 le llegó el turno a la Iglesia Católica de rito latino: fueron arrestados los obispos Marton Aron, Anton Durcovici, Augustin Pacha y Scheffler; luego fueron arrestados otros obispos.

   Monseñor Anton fue encerrado en la prisión de Sighet, la más dura y severa del país, donde murió en 1951 a los 63 años. De sus sufrimientos en la cárcel, no queda rastro alguno: el régimen borró todo recuerdo de la memoria, como así ocurrió también para muchos otros mártires de la «Iglesia del silencio». Fue beatificado por SS Francisco el 17 de mayo de 2014.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)