ANTE EL SAGRARIO



   En el Pan de la Eucaristía que aquí se conserva, reconocemos tu prensencia, Señor;
tu Cuerpo entregado y tu Sangre derramada, que son vida y resurrección para todos.

   Te doy gracias porque has querido estar tan cerca de nosotros como alimento para nuestro camino.
Haz que nunca me separe de Ti, y que toda mi vida sea un testimonio de amor como lo fue la tuya.


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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)