BEATO ALFREDO ALMUNIA
LOPEZ-TERUEL
1936 d.C.
18 de octubre
Don
José Avelino, su
padre, se dedicaba a la pintura y a la escultura; por lo que
residió junto a su esposa doña Antonia en varios lugares
donde plasmó su arte. El nacimiento y bautismo del siervo de
Dios, segundo de siete hermanos, ocurrió en Mojácar. A
sus dieciocho años, el diecinueve de mayo de 1877,
recibió la Confirmación en Tíjola de manos del
gran Obispo Orberá y Carrión. Poco después
marchó al Seminario y, en 1884, fue ordenado presbítero.
Coadjutor de Lubrín desde 1885, cinco años
después fue enviado a la coadjutoría de Vera. A la ciudad
veratense dedicó gran parte de su vida ministerial, treinta y
nueve años de los cincuenta y dos que duró su sacerdocio.
Desde allí participó en la gran peregrinación
nacional a Roma y se ocupó de las capellanías del
cementerio y de la cárcel. Buen colaborador de las Hijas de la
Caridad, se ofreció para impartir a sus párvulos clases
de pintura y decoración. También se echó a las
calles para pedir limosna y sufragar sus obras caritativas.
Coadjutor de Cuevas del Almanzora desde 1928 a 1935, ese
mismo año regresó a Vera como Párroco. La entonces
niña doña Juana Soler recuerda: «Era un
señor alto, bien parecido y querido por el pueblo. Era un pedazo
de pan, querido por todos; el que se acercaba a pedirle ayuda, la
encontraba siempre. Recuerdo que nos decía siempre: “Sed buenos
que el Niño Jesús va siempre con vosotros”.»
Al inicio de la Persecución Religiosa, se
negó a abandonar a sus feligreses. Detenido el siete de
septiembre de 1936, sufrió prisión en el convento hasta
que su hermana entregó quinientas pesetas a los milicianos. Con
todo, sufrió más detenciones y prisiones que quebraron su
cuerpo de setenta y seis años.
Finalmente, fue martirizado en el paraje del Ballabona
junto al siervo de Dios don José Gómez de Haro. Su
sobrina, doña Emiliana Soriano, cuenta que: « Entraron en
su dormitorio, donde mi tío guardaba cama por enfermedad, le
golpearon y rompieron sobre su espalda el Crucifijo que tenía.
Como no se podía mover, lo arrojaron al camión por el
mismo balcón. Lo llevaron cerca de Antas y le pegaron dos tiros,
dejándolo tirado en la carretera. La hermana del siervo de Dios
que le acompañaba en el momento del apresamiento enfermó
y perdió la cabeza. »