BEATO ALEJANDRO DE CEVA
1612 d.C.
6 de octubre
Ascanio
nació en el castillo de Garessio (Cuneo, Italia), en el seno de
la familia de los marqueses de Ceva y conseñores de Garessio y
Ormea. Su padre lo confió al abad Galbiate da Pontremoli, para
que estudiase. Terminados sus estudios teológicos, gracias a su
ejemplar conducta y a sus especiales talentos llamó la
atención del cardenal Alejandro Crivelli que lo nombró su
secretario.
Estuvo en este puesto durante diez años, pero su
amor a la soledad lo llevó a renunciar a todo y, después
de vencer algunos obstáculos, pudo establecerse en la
abadía de Camaldoli en Toscana. Tomó el hábito y
el nombre de Alejandro. Emitió la profesión solemne en
1571 y, por la santidad de costumbre, por la prudencia y la doctrina,
en el 1592 fue nombrado Procurador General de la Orden y enviado a Roma
para que velase y defendiera los derechos del eremitorio de Camaldoli.
En la Ciudad Eterna fue bien acogido por el papa Clemente VIII, que
desde sus tiempos de cardenal había sido su amigo.
En 1596 fue elegido Prior del monasterio camaldulense de
Santa Maria di Pozzo Satrada en Turín, con plena facultad de
ampliarlo y eventualmente eregir otros nuevos. Fue elegido confesor del
duque Carlos Emanuel I de Saboya que le propuso la edificación
de un nuevo eremo. Pero el proyecto no pudo llevarse a cabo a causa de
la peste que invadió la zona de Turín. Alejandro,
atendiendo a los apestados, demostró su caridad y
abnegación.
El duque de Saboya, terminada la peste, en el 1602, erigió un
nuevo eremo en Pecetto, cerca de Turín y fue nombrado Prior el
propio Alejandro. El soberano le propuso para las sedes episcopales de
Saluzzo, Ivrea y Tarantasia, pero el humilde religioso rechazó
todas las ofertas. El Padre Alejandro fue también fundador de
otros dos eremitorios en tierra piamontesa: el de Lanzo y el de
Belmonte. Fue amigo del papa Pablo V y de san Francisco de Sales.
Muchas veces se le sorprendió en éxtasis.
Murió lleno de méritos y de santidad en
Pecetto, donde fue sepultado. Su cuerpo se conserva incorrupto. El
“Menologio Camaldulense” lo conmemora como “Beato” aunque
todavía no ha recibido una confirmación oficial por parte
de la Iglesia. La “Praenotanda del Martyrologium Romanun”, en su
última edición promulgada en el 2004, recuerdan como los
calendarios de las diócesis y de las Congregaciones religiosas
constituyen verdaderas y propias versiones locales del Martirologio y
por tanto es legítimo tributar el título de “santo” o
“beato” a personajes que lo gozan desde tiempo inmemorial.