BEATO ADOLFO MARTINEZ SAEZ
1936 d.C.
26 de septiembre
Alumbrado en este bello enclave
del Andarax, así recordaba sus primeros años su nuera: «Muerto
su padre trasladan a Pechina, donde vive la familia de su madre: lugar donde
pasa su adolescencia. En esta etapa de su vida, los que le rodean lo ven
como una persona entregada a los demás, con profundos ideales cristianos.
En Pechina desarrolla su gran afición: la caza. Sus conocidos y amigos
dicen de él, que era extremadamente simpático y muy cariñoso
con los suyos, en especial con su madre. Encuentra trabajo en Almería
mientras simultanea los estudios de magisterio. Y a pesar de ser el menor
de sus hermanos, se erige como cabeza de familia. »
Maestro cristiano y adorador nocturno, fundó junto a
su hermano el Colegio de Enseñanza Religiosa “Hermanos Martínez
Sáez” en la ciudad de Almería. Centro prestigioso de primera
y segunda enseñanza, ofertaba una educación auténticamente
católica a los niños.
Casado con doña Carmen Gázquez Ferrer el veintitrés
de diciembre de 1929 en la Iglesia Parroquial del Sagrario de Almería,
fruto de su amor nació su hijo Adolfo. Viudo muy pronto, se consagró
al cuidado de su familia. Al iniciarse la Persecución Religiosa trataron
de arrancarle el Crucifijo de su Colegio, pero dijo con valentía:
«¡Para quitarme el Cristo es necesario pasar por encima de mi
cadáver! ». Por esta razón, fue detenido y sufrió
prisión en las Adoratrices y en el barco Astoy Mendi. Recibió
el martirio, a los treinta y ocho años, en el Pozo de Cantavieja.
Su compañero de prisión don Manuel Román
evocaba así su memoria: «Fue al martirio plenamente convencido
y murió confesando sin miedo su recio y operante cristianismo, siendo
sometido a duras pruebas en aquellos difíciles momentos. Hombre piadoso,
de acción apostólica, encontró en la enseñanza
el instrumento y cauce idóneo como medio de luchar y trabajar en la
formación de la juventud en momentos de desorientación y peligros.
Sirvió la causa de Cristo hasta la muerte.»